Desde
la profundidad de la obra, Antígona se nos presenta como un conjunto de
situaciones, decisiones y acciones que toman los personajes, que nos llevan a
reflexionar sobre ciertos aspectos de nuestra vida. Jean Anouilh nos presenta a
Antígona no solo como un personaje principal, sino también como la acción
misma, Antígona es una decisión, Antígona es tragedia. Se puede destacar que en
esta obra el héroe ya no es un hombre, como en las demás tragedias griegas
donde encontramos a Aquiles en “La Ilíada” o a Odiseo en “La Odisea”; ahora
quien representa al héroe es una mujer. La heroína es Antígona, una joven de 20
años capaz de defender sus ideales, el honor y la dignidad de su familia, aun
estando consciente de todo lo que eso significa.
El héroe homérico no puede cuestionar la dinámica social ni ir contra lo establecido, cada héroe hace lo que tiene que hacer ya que esto les permite demostrar su “areté” y “agathos”. En cambio, la propia Antígona rompe con lo que dictan las leyes, las leyes del propio Creón, su tío. Intenta desafiar las normas para poder enterrar a su hermano, Polinices, y darle su merecido santo sepulcro. El propio Anouilh estaba consciente de que su obra estaba alejada históricamente del mito originario, diferente a la versión de Sófocles; Anouilh intenta darles más valor humano a los personajes y los trata de llevar a un plano más próximo a lo psicológico y a lo cotidiano. Antígona busca el amor absoluto, la pureza absoluta, lo real y elige la muerte al saber que no podrá conseguirlo.
En Antígona el yo refleja una característica egoísta, actúa para su beneficio sin importarle las consecuencias que afectan a sus terceros, el yo como término alejado de lo plural. Lo podemos ver reflejado en Creón, el tío de Antígona, quien tomó decisiones para salvarse el pellejo, sabiendo que los que murieron eran sus sobrinos, su familia. Se puede notar a leguas en la misma Antígona que, como personaje principal y como ser humano incomprendido, decidió morir porque así lo quiso, no tomo en cuenta en primer plano el dolor que sentirían sus seres queridos al saber de su muerte, sus prioridades eran sus ideales, su desdicha por no encontrar lo que estaba buscando, por querer darle un funeral digno a su hermano, su prioridad era morir.
El yo contra el perdón, porque Antígona no perdona a la vida por su desdicha, ni a su tío por el vergonzoso y deshonrado velorio de su hermano, por que el ser humano a la hora de perdonar crea una barrera con su yo autónomo y se olvida que una de las cosas mas importantes para Dios, es perdonar.
El héroe homérico no puede cuestionar la dinámica social ni ir contra lo establecido, cada héroe hace lo que tiene que hacer ya que esto les permite demostrar su “areté” y “agathos”. En cambio, la propia Antígona rompe con lo que dictan las leyes, las leyes del propio Creón, su tío. Intenta desafiar las normas para poder enterrar a su hermano, Polinices, y darle su merecido santo sepulcro. El propio Anouilh estaba consciente de que su obra estaba alejada históricamente del mito originario, diferente a la versión de Sófocles; Anouilh intenta darles más valor humano a los personajes y los trata de llevar a un plano más próximo a lo psicológico y a lo cotidiano. Antígona busca el amor absoluto, la pureza absoluta, lo real y elige la muerte al saber que no podrá conseguirlo.
En Antígona el yo refleja una característica egoísta, actúa para su beneficio sin importarle las consecuencias que afectan a sus terceros, el yo como término alejado de lo plural. Lo podemos ver reflejado en Creón, el tío de Antígona, quien tomó decisiones para salvarse el pellejo, sabiendo que los que murieron eran sus sobrinos, su familia. Se puede notar a leguas en la misma Antígona que, como personaje principal y como ser humano incomprendido, decidió morir porque así lo quiso, no tomo en cuenta en primer plano el dolor que sentirían sus seres queridos al saber de su muerte, sus prioridades eran sus ideales, su desdicha por no encontrar lo que estaba buscando, por querer darle un funeral digno a su hermano, su prioridad era morir.
El yo contra el perdón, porque Antígona no perdona a la vida por su desdicha, ni a su tío por el vergonzoso y deshonrado velorio de su hermano, por que el ser humano a la hora de perdonar crea una barrera con su yo autónomo y se olvida que una de las cosas mas importantes para Dios, es perdonar.
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